Murió Bussi: hay un genocida menos en las cárceles, no en las calles
Bussi fue uno de los tantos genocidas que más de 30 años atrás decidieron sobre la vida y la muerte de los 30.000 compañeros detenidos-desaparecidos. Era parte de ese aparato de exterminio del Estado.
Hoy murió un genocida condenado, por la lucha de un pueblo y la decisión de un gobierno de hacer política de Estado un reclamo histórico por el Juicio y Castigo a los genocidas. Pero tuvo sólo una condena de las cientos que debería haber tenido. Tuvo sólo tres años de su vida con condena. Y esto es producto de decisiones políticas que llevaron a la impunidad. No tenemos que olvidarlo, para que no se repita en ningún caso de violación a los derechos humanos. La impunidad duele, hiere, le hace mal al pueblo y al futuro; le robó muchos años a la posibilidad de ver a todos los genocidas con Juicio y Castigo. Algunos murieron antes de la reapertura de la causas, otros después, y otros son apartados de los juicios por motivos de salud.
El 29 de octubre de 1995 declaramos popularmente el Día Nacional de la Vergüenza. Si algo le faltaba a la impunidad era que los genocidas no sólo estuvieran sueltos y sin condena, sino que además fueran candidatos y elegidos por el voto. Eso pasó con el asesino Antonio Domingo Bussi. El Día Nacional de la Vergüenza asumió como gobernador de Tucumán. Nos dio vergüenza en 1995 que fuera elegido gobernador, pero esa vergüenza era la marca de la impotencia, de la necesidad de construir condena social.
La historia y la Justicia se encontraron y la impunidad empezó a conjugarse en tiempo pasado: en 2008 fue condenado a prisión perpetua en cárcel común por crímenes de lesa humanidad. En el juicio, Bussi gastó todo su aire en reivindicar sus crímenes frente a jueces, sobrevivientes y testigos. Tras la sentencia, obtuvo el beneficio del arresto domiciliario, por su estado de salud.
El tiempo corre para todos y cada vez quedan menos años para que las abuelas compartan con sus nietos, para que nosotros lo compartamos con nuestros hermanos, para que las madres puedan hacer un duelo con el cuerpo de sus hijos. Nos falta la verdad, necesitamos quebrar los pactos de silencio para saber lo que necesitamos conocer como sociedad.
Hoy es un día para el calendario de la memoria. Bussi murió condenado: hay un genocida menos en las cárceles, no en las calles.
H.I.J.O.S.
Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio
24/11/2011
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